domingo, 15 de abril de 2007

Breve historia del Islam (Cuento)

LA LEYENDA DE LA CASA CERRADA DE TOLEDO

Tras contaros el primer periodo de la conquista de al-Andalus, ahí va una leyenda relacionada con ese momento:

Cuentan que había en Toledo una casa con muchos cerrojos. Unos dicen que tenía veinte y otros hablan de veinticuatro. El caso es que cada rey visigodo que acedía al trono en la península le ponía uno nuevo.

Fieles a la tradición, ninguno de aquellos reyes dejó de poner su correspondiente cerrojo. Tampoco hubo entre ellos quien osara abrir la casa para conocer lo que pudiese guardar en su interior. Con tal proceder no hacían más que seguir los consejos de sus asesores religiosos y los de los nobles de la corte.

Así vino ocurriendo hasta que subió al trono el rey Rodrigo. Parece ser que éste nunca tuvo intención de respetar esta tradición, pues, poco tiempo antes de ser conquistada al-Andalus por los musulmanes, se juró así mismo no morir sin antes descubrir lo que ocultaba aquella casa. De manera que ni puso a ésta cerrojo ni se resistió a la tentación de abrir los que ya tenía.

Torturado por la curiosidad, se decía una y otra vez que era indispensable abrir aquella casa para conocer lo que contenía. Entretanto, sus consejeros insistían en recordarle que debía pensar muy bien lo que quería hacer, pues, con tal medida, podía provocar calamidades que nunca habían conocido con reyes anteriores. Tal y como le repetían, debía seguir el ejemplo de sus predecesores en el trono, que habían sido hombres sabios.

Pero Rodrigo, desoyendo tales recomendaciones, se dirigió a la casa y mandó abrir todos sus cerrojos. Se dice que al entrar en ella, quedó sorprendido por su austeridad, pues estaba casi vacía. Tan solo halló un arca de madera envuelta en telas de araña. De su interior extrajo un pergamino en el que pudo ver representadas figuras humanas montadas a caballo. Lucían turbantes en la cabeza, esgrimían espadas engalanadas y portaban lanzas y arcos.

Bajo estas figuras, presentaba el pergamino un escrito en lengua extrajera. Explicaba éste que aquéllas representaban a los árabes, quienes entrarían en la península y la conquistarían. Más adelante, el escrito presagiaba que una vez fueran violados los cerrojos de la casa y mostradas las figuras de los árabes del pergamino, la fuerza de éstos sería tal que acabarían haciéndose con el país.

Al leer aquellas palabras, Rodrigo y quienes le acompañaban advirtieron que su final estaba próximo. Y, llenos de amargura por entender que iban a perder sus dominios, pensaron que al final tendrían que huir.

Aquel presagio terminó por cumplirse. Los árabes llegaron a la península poco después de que fuesen abiertas las cerraduras y se penetrara en la casa. Rodrigo lamentó entonces haberla abierto y ordenó cerrarla.

1 comentario:

Heferstion dijo...

¿Qué Toledo de todas? xD