jueves, 12 de abril de 2007

Breve historia del Islam III

El Islam nació en el siglo VII de nuestra era. Por aquella época, la península arábiga estaba dividida en dos zonas: En el norte, habitaban los llamados árabes del norte, gente en su mayoría nómadas que se dedicaban al comercio. Estos moraban en tiendas que iban montando en un lugar, y cuando allí se acababan los recursos o no tenían con qué comerciar, se trasladaban hacia otro sitio. Solo existían dos grandes ciudades en el norte, La Meca, y Yathrib, que luego seria llamada Medina. En el sur, Vivian los Yemeníes, gente mucho más rica y que habitaba en grandes ciudades con numerosos lugares de culto.

Las gentes de estas dos zonas convivían en una especie de simbiosis. Cada una de las dos partes tenía algo que aportar que beneficiara a la otra: los Yemeníes del sur eran ricos en sedas, ropas, objetos, etc, pero no tenían materias primas. Por lo tanto la forma de comercio era la siguiente:



Los nómadas del norte iban con sus caravanas por todas las rutas de comercio, sobre todo la principal, que unía Damasco con La Meca. Allí adquirían sobre todo alimentos procedentes del exterior que introducían en la península arábiga por el norte, descendiendo hasta el sur. Allí intercambiaban los alimentos con los productos Yemeníes y volvían a subir al norte, para salir y volver a comerciar con esos objetos para cambiarlos por más alimento y volver a hacer la misma operación.

Los Yemeníes del sur tenían mejores ejércitos, por lo que además de objetos para intercambio, ofrecían protección a los comerciantes del norte.
Por cierto, si os dais cuenta, en todas las películas en las que aparecen soldados arabes, nos los muestran con las cimitarras de hoja curva. Pues bien, el término cimitarra no designa a un tipo de espada unica, sino que es un genérico para todos los tipos de espadas dentro del mundo musulman. La que todos conocereis, es la espada de hoja curva. Esta es originaria de los Yemenies, solo ellos la utilizaban, aunque por su manejo y eficacia, fue al final la que más se generalizo en todo el imperio arabe.



Pero la espada propia de los arabes, la que utilizaron Mahoma y sus seguidores era la llamada “Saif”, un espada con hoja recta, como la cristiana.



Pero una cosa que sí tenían en común tanto los árabes del norte como los del sur, o Yemeníes, eran sus creencias religiosas. Antes de la llegada del Islam, en la península arábiga existían un gran numero de divinidades. Algunas eran digamos de carácter general, adoradas en toda la península, y otras eran mas particulares, adoradas en una u otra tribu. Además, existían los Yinn, los genios. Estos eran espíritus de pueblos desaparecidos que salían por la noche y según cual fuera su carácter, ayudarían o atacarían a los humanos. El Islam incorporó solo en parte la creencia en estos seres, casi duendes.
Entre los árabes del norte, La Meca era la ciudad santa. Allí se encontraba la Kaaba, donde los arabes iban a adorar a sus idolos, contabiliados en un total de unos 360.

Pero hubo un hombre que cambió todo esto e hizo temblar todas las creencias antiguas, eliminando todos esos ídolos pre-islamicos y elevando solo a uno de ellos, Allah....

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